La cacatúa galah es un ave bastante rústica y adaptativa. Este ave habita en gran parte de Australia, especialmente en regiones áridas y próxima a los cultivos de cereales. Su dieta en estado salvaje se basa principalmente en pequeñas semillas bajas en grasa, algunas herbáceas y yemas y hojas de ciertos matorrales. En ciertas épocas del año, coincidiendo con la temporada de cría, pueden consumir insectos para aportar una mayor cantidad de proteína. las poblaciones que tienen acceso a los cultivos reducen su dieta natural aumentando el consumo de trigo, cebada o avena.

El principal problema con el que nos podemos encontrar es el exceso de peso de nuestros ejemplares. Dada su rusticidad y dieta baja en grasa, debemos controlar mucho este factor para evitar que el porcentaje de grasa se descontrole, pudiendo provocar que nuestras cacatúas enfermen. Es común encontrar formación de quistes adiposos en el hígado de los ejemplares enfermos. Estos quistes provocan la muerte de las células hepáticas ocasionando pérdida de función de este órgano. Al problema de una dieta grasa se le añade el problema de que el animal no pueda hacer ejercicio. A pesar de su tamaño, estas cacatúas necesitan aviarios largos en los que poder volar para evitar que engorden. En el caso de las cacatúas mascota, deben de poder salir de su jaula a diario y poder volar por la vivienda o bien en exterior con arnés. El entrenamiento en vuelo libre es una muy buena opción para las galah. Además, son cacatúas tremendamente ágiles, capaces de realizar auténticas acrobacias en el aire. 

Es por esto por lo que su dieta debe basarse en pienso extrusionado bajo en grasa (por debajo del 8-10%), semillas de tamaño pequeño comúnmente utilizadas para la alimentación de periquitos y cotorritas ninfa, verduras, legumbres, germinados y algo de fruta, a poder ser baja en azúcar, ya que esté nutriente se transformará rápidamente en grasa tras ser ingerido, especialmente en aves que no hacen mucho ejercicio. 

Si se trata de cacatúas destinadas a la reproducción, debemos tener en cuenta aumentar la cantidad de proteína en su dieta en la época de cría.

No es recomendable administrarles de forma habitual semillas de girasol, frutos secos como las nueces, almendras o cacahuetes (estos en realidad son legumbres) ni comida procesada para humanos como patatas fritas o bollería. 

Sí podremos darles como excepción y siempre como premio o fuente extra de nutrientes en la época de cría, algo de bizcocho casero especialmente diseñado para ellas y algún que otro fruto seco o semilla grasa.

Las frutas ricas en azúcares tales como el plátano o la uva deben ser administradas con mucha moderación.

Cabe destacar en este apartado la alta necesidad de enriquecimiento ambiental en esta especie, con lo que podremos aprovechar su alimentación para hacer de esto algo que las mantenga entretenidas. Utilizar cajas de forrajeo es una buena idea. Algo tan sencillo como poner en una caja algo de grava, algunos palos, recortes de cartón o tiras de papel, tapones de botellas de plástico, piñas, hojas…cualquier cosa que se nos ocurra y que ellas puedan mover y añadir unos puñados de semillas para periquitos mezclándolo todo. Pasarán horas rebuscando entre todo el material manteniéndolas ocupadas , lo cual es sumamente beneficioso para su salud mental y que reproduce bastante su comportamiento natural. 

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